Artículo publicado en el portal "Sexto Anillo"
http://sextoanillo.com
Cuando
Matt Nagy fue nombrado el entrenador en jefe #16 en la historia de los Osos de
Chicago, en papel heredaba las glorias de leyendas del juego como George Halas
y Mike Ditka. En realidad lo que tomaba era un equipo con 5 temporadas
perdedoras consecutivas, 8 temporadas seguidas sin postemporada y una
fanaticada que (aunque siempre leal) estaba urgida de triunfos.
Aún
los más optimistas entre nosotros (fanáticos que sabíamos que no estábamos
lejos de contender) NO esperábamos el impresionante despegue del equipo, que de
la noche a la mañana se convirtió en una de las potencias de la liga.
Y
aunque está transformación es una suma de diversas decisiones de la gerencia
(como la agencia libre tan activa, la permanencia de Kyle Fuller ó el juego de
Trubisky), sabemos que primordialmente es una transformación con nombre y
apellido:
KHALIL MACK
Chicago
invirtió 2 selecciones de primera ronda y 141 millones de dólares en un talento
generacional y aunque su nivel de juego NO decepcionó, su valor y verdadero
significado se vivieron fuera del campo de juego, ya que con esta contratación,
el mensaje de Pace a su equipo fue claro: EL TIEMPO DE GANAR ES
AHORA!!!!
Y
el mensaje fue recibido y traducido en:
- 1er título divisional desde
el 2010 (5-1 contra rivales de división)
- 12 victorias por 4 derrotas
(3er sembrado de la conferencia Nacional)
- Una de las defensas más
dominantes de la liga
- Una ofensiva novedosa que solo promete mejorar
Pero
más allá de la numeralia, la firme creencia de que este equipo estaba hecho
para grandes cosas y la certeza de que contábamos con playmakers en
todas las líneas nos hizo soñar cosas importantes.
Y
volver a tener la atención (y el respeto) de la liga no hizo otra cosa más que
alimentar y aumentar esos sueños (3 de nuestros juegos fueron cambiados a prime
time!!!)
La
victoria insignia de la temporada fue en casa contra los Rams, donde
prácticamente se borró del campo al equipo que a la postre llegaría al
Superbowl. De las 4 derrotas, en 3 juegos estuvimos en la pelea hasta el
final y en el 4 juego nos quedamos a centímetros de empatarlo (en un hail mary
cardiaco) ni más ni menos que contra el equipo que a la postre se declaró
campeón: Los Patriotas con su HC y QB legendarios.
No
había duda, estábamos a punto de tocar el cielo...
Pero
toda esta vorágine de emociones tuvo un triste y frustrante final, como darle
un beso largo y tendido a una hermosa mujer solo para darte cuenta al final de
que se trataba de tu hermana.
Un
final que involucró a un pateador mediocre, 2 largueros de poste y una dolorosa
derrota en postemporada...
Un
minuto de silencio...
...
...
...
Creo que superar esa
derrota aún nos tomará tiempo... mientras tanto podemos emocionarnos con un
futuro que parece prometedor, un nuevo pateador, quizás Landon Collins!!!
2018
fue un año de redención en Chicago y depende de Nagy y compañía NO repetir la historia
que Jacksonville y Minnesota vivieron...
Bear Down!!!!!
Matos
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