Ya sabemos lo que significa jugar contra un rival
de división, donde además del resultado, están en juego tu honor y tu dignidad.
Habitualmente son juegos cerrados donde el conocimiento
del rival es minucioso y el marcador suele cambiar constantemente.
Cuando hablamos de la rivalidad más añeja de la
liga, esta situación debería acrecentarse, pero no nos contemos un cuento,
desde hace varios años los cabezas de queso nos tienen la medida y usualmente
arrasan con nosotros.
En los primeros 3 cuartos de este juego, la
historia se repitió y Rodgers y compañía dominaron las trincheras.
27 – 10 al finalizar el 3er cuarto nos auguraban
una nueva derrota, una nueva vergüenza.
Barkley, que hasta el momento había tenido una
actuación mediocre, se encargó de cambiar la historia en el último cuarto,
lidereando al equipo a 2 posesiones de anotación consecutivas y una 3era donde
llegamos a tocar la puerta para darle la vuelta al marcador.
En ese momento, nuestro HC Fox nos recordó la razón
por la que SIEMPRE será solamente un entrenador del montón, al decidir irse por
un FG para empatar.
¿Cuál era el problema si íbamos por el triunfo y lo
fallábamos? ¿Requeríamos de la victoria? ¿Se esfumaban nuestras esperanzas de
playoffs?
Por otro lado, conseguirlo hubiera sido un boost
emocional, no solo para el equipo, sino para todos sus fanáticos. Fanáticos que
estábamos radiantes por la posibilidad de darle la vuelta al juego Y ELIMINAR a
las Packers de postemporada.
MENTE DE RATÓN, es lo que John Fox mostró!! Incapacidad para entender la importancia de
esta rivalidad y falta de valor para liderear a nuestro equipo.
Por cierto, después Rodgers lanzó un pase de 60
yardas a Nelson y volvimos a perder….
Saludos
El Matos
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